Felicidad

Un rostro cálido, delicado y precioso había tomado forma en su cabeza. Era algo bello, algo grande pero a la vez pequeño, e irremediablemente atrayente.
Tenía que hacerlo. Tenía que sacarlo de su cabeza.
Agitó las manos , haciendo acopio de paciencia. Aquella iba a ser una de las tareas más laboriosas que llevaría en toda su vida. Era un proyecto atrayente y no podía esperar para llevarlo acabo.
Hundió las manos en la arcilla y amasó dándole forma durante horas y horas interminables. Pero no se cansaba, pues conforme el tiempo avanzaba sobre él y su arcilla, aquel rostro perfecto se formaba poco a poco bajo sus manos. Él le daba forma, él lo acariciaba, él lo observaba bajo la luz de la ventana.
Era glorioso, pero el tiempo comenzó a pesarle. Le aplastaba el corazón, pero siguió con su obra, negándose a dejar aquel rostro a medio terminar.
Sus dedos entumecidos se detuvieron y sus ojos brillosos lo contemplaron por fin.
-Eres tú- dijo a la pieza.
-Soy yo- le respondió esta.
-Eres preciosa- susurró él sin creerlo. Su trabajo lo miraba con aquellos ojos que él había imaginado. Ahora estaban fuera de su cabeza, frente a él, y aquellos labios a los que había dado forma con mimo, le sonreían con demasiado arrojo.
-Tú has querido que así sea- le respondió la pieza.
-Necesitas un nombre- dijo él, pensativo.
-Ya lo tengo, tú me lo diste-Y ella frunció los labios ahogando una risita.
-Ah sí, felicidad.
Que bonito! me ha encantado tu blog :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias! :)
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