miércoles, 31 de diciembre de 2014

Reseña: Ana, la de Avonlea







Título origial: Anne of Avonlea
Título: Ana, la de Avonlea
Fecha de publicación: noviembre de 2013
Autora: L. M. Montgomery
Editorial: TOROMÍTICO
Páginas: 328
Precio: 15








Desde que llegó a Tejas Verdes siendo una imaginativa niña pecosa de 11 años, que a pesar de su facilidad para meterse en líos se ganó el cariño de toda la gente de Avonlea, Ana se está haciendo mayor y llega ahora el momento de convertirse en una joven mujercita. A sus dieciséis años ha madurado mucho, aunque una gran parte de ella sigue siendo tan rebelde como su rojo cabello. En Ana, la de Avonlea, el tierno personaje creado por la canadiense L. M. Montgomery se enfrenta a nuevos retos como maestra de la escuela y fundadora de la Sociedad de Fomento de Avonlea, sociedad juvenil pensada para mejora del lugar. Su imaginación y su vitalidad seguirán haciendo que se vea envuelta en divertidos malentendidos y nuevos problemas que tendrá que resolver. Mientras Ana Shirley se convierte en mujer, sus aventuras y ocurrencias nos divertirán y tocaran nuestro corazón. Esta obra, al igual que toda la serie de Ana Shirley, conjuga los valores de la vida rural y la familia con las cuestiones universales que todos nos planteamos en algún momento, como la pertenencia a una tierra, el valor de la amistad o la esencia del amor.



No me gustan los lugares o las personas que no tienen ningún defecto. Creo que una persona realmente perfecta sería muy poco interesante.

Con una nueva entrega de esta serie, continuamos averiguando cosas sobre la encantadora Ana, que decide regresar a Avonlea para cuidar de Marilla y hacerse cargo de la escuela.
Como es normal, las dudas llenan a Ana de inseguridades ante el hecho de educar y formar a futuros hombres y mujeres. Pero no se la conoce como una muchacha que se deja amilanar, para nada.
Con la Asociación de Fomento de Avonlea los jóvenes aprenderán a unirse por un buen común, y Ana despertará más admiradores aún que antes.
Montones de acontecimientos se suceden entre las páginas de este segundo volumen y cada cuál, más divertida.

Las fantasías son como las sombras, no puedes atraparlas; son caprichosas y obstinadas.





Motivos:

Ana, la de Avonlea es una novela maravillosa, llena de sentimentalismo, de momentos delicados y magistrales. Mantiene un equilibrio casi perfecto entre lo trágico y lo asombroso. ¡De lo simple consigue maravillas! Es increíble que un simple abrazo de Ana Shirley haga que te salten las lágrimas, y por su puesto, sus lecciones.

La madurez y la evolución de nuestra peculiar pelirroja se hace notable, pues ya es casi una mujer. Sus decisiones siguen manteniendo ese toque chispeante lleno de misterios, ¡las cosas no siempre salen como se planean!

Mi querida amiga, debo confesar, se ha llevado mi corazón.
Yo también creo que seríamos almas gemelas, Ana.

Esta mañana lo primero que dijo fue; "¿Adónde va la oscuridad, Ana? Quiero saberlo". Le dije que iba dando la vuelta al otro lado del mundo pero después del desayuno declaró que no, que se metía en el pozo. Marilla dice que lo ha pillado hoy cuatro veces colgando del brocal, intentando alcanzar la oscuridad.


Autora: 

L.M. Montgomery


Lucy Maud Montgomery. Escritora canadiense universalmente conocida por la serie de novelas que narran la vida de Ana Shirley, nació en 1874 en Clifton (actualmente New London), una pequeña ciudad de la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá). Tras la muerte de su madre, cuando ella contaba menos de dos años de edad, su padre decidió dejarla a cargo de sus abuelos maternos, en Cavendish, para irse a vivir al oeste del país, donde volvió a casarse. De sus abuelos recibió una educación muy estricta, aunque dicha situación —crecer sola en la casa de dos personas mayores— estimuló su imaginación, provocando la chispa que le haría crear el personaje de Ana Shirley. Completó su formación en el Colegio Príncipe de Gales, en Charlottetown, y entre 1895 y 1896 estudió literatura en la Universidad de Dalhousie, en Halifax, Nueva Escocia. En 1898, tras haber trabajado como maestra en varias escuelas, regresa a Cavendish para cuidar de su abuela, que había quedado viuda. Se casó con Ewan Macdonald, un ministro presbiteriano, y se mudó a Ontario, donde su marido se hizo cargo de una iglesia. La pareja tuvo tres hijos: Chester Cameron, Stuart y Hugh Alexander, quien murió al nacer, en 1914. El resto de su obra la escribió fuera de Prince Edward island, ya que después de su matrimonio nunca regresó en vida. Falleció en Toronto en abril de 1942 y fue enterrada en el cementerio de Cavendish, cerca del lugar en el que creció. Es en 1898, al regresar a Cavendish para cuidar de su abuela, cuando comienza a escribir los relatos que darían lugar a su mayor creación: la serie de Ana Shirley (ocho libros que narran su vida, desde la niñez hasta la edad madura). El primero de ellos, Ana, la de Tejas Verdes (Anne of Green Gables), publicado originalmente en 1908, narra la llegada de la inteligente y deslenguada Ana —a la que el propio Mark Twain consideró la niña imaginaria más encantadora que se había creado desde la inmortal Alicia de Carroll— a su hogar adoptivo en Avonlea, un pueblecito (ficticio) situado al norte de la Isla del Príncipe Eduardo. Tejas Verdes, la propiedad de Marilla, su madre adoptiva, será el centro de su universo infantil y el lugar donde, al fin, podrá sentirse parte de una familia.




¡Muchas gracias a 


por el ejemplar!



1 comentario:

  1. Hola!
    No me llama nada esta "saga" (que creo que es una saga, pero cada uno independiente, creo). Pero puede que algún día lea Ana, la de las tejas verdes, porque no sé...es un clásico.
    Un abrazo :D

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Las opiniones son relativas, así que me encantaría saber la tuya... ¿La dejas por aquí? ¿Sí? Muchas gracias...
¡Ah! Y don't worry, ¡me paso por tu blog encantada!

P.D: pido originalidad, ¡no al copieteo ladies and gentlemen!
:)