Cuando
las risas cesan y me invade la calma, me doy cuenta de que no puedo dejar de
mirar a la niña, que de puntillas, se alza para continuar adornando el
gigantesco árbol navideño, por sus ramas más bajas.
Entonces, el abrazo de alguien a mi
lado me hace reír con fuerza, y bañados por las luces de colores, la admiramos
abrazados:
La princesa crece, y cada año, cada
navidad, es algo mayor. A veces, me da miedo mirarla tanto. Su padre también lo
dice, ¿podríamos desgastar la belleza de la más hermosa de las muñecas? Al fin
y al cabo, nada es eterno… Pero ella sí.
¿Se acaba acaso la magia? Siempre que
viva en algún corazón, resistirá cientos de finales, y resurgirá de sus cenizas
como el fénix. Y nuestra princesa lo hará, puesto que ya tiene ganados al completo
dos fuentes de vida que se hinchan con una sola de sus sonrisas luminosas, y
que se desviven por sus miradas de hielo.
Pero, aunque me duela reconocerlo, ya
nadie cree en la realeza, ¿qué será entonces de mi pequeña princesa? De sus
rizos dorados y sus labios rosados… ¿Prestará alguien verdadera atención a sus
dulces “te quiero”? ¿Llorarán al verla triste y le darán consuelo?
Jace me dice que no tenga miedo, ella
es fuerte. No es de porcelana, aunque mis ojos así lo vean. Es feliz en su
ignorancia, mi pequeña. Y tan dulce, que conmueve a cualquier alma. Por eso, verla crecer, tratando de lograr
alcanzar la rama más alta para decorarla con bolas plateadas, me destroza.
¿Dejará que algún día le arrebaten sus sueños? ¿Le arrancaran su corona? Por
muy fuerte que sea mi niña, esas cosas hunden y dejan huella… ¿Y si ella misma
deja sus vestidos para inspirarse en la nueva moda? ¿Se vestirá de piel y
huesos, en lugar de tul y seda?
Sale en las noticias, ya no se escucha
a las princesas. Todas quieren rostros afilados y caderas estrechas. Ojos sin
vida y andares como de almas en pena.
¡No quiero ese cruel destino para mi
pequeña! Sus ojos grandes los coloreó el cielo, ¡nadie se merece caer en esa
condena!
¿Por qué esa absurda moda de desnudar
el alma y lucir como esqueletos? ¿De verdad la gente cambia huesos por peso? ¿Dónde
quedan los valores, el amor propio y el respeto?
Vuelvo en mí, al escucharla reír. Ha
logrado alcanzar una rama más alta, y me echo a llorar en los brazos de Jace
cuando nos regala una carcajada de emoción. Hace palmas con las manos, tan
pequeñas y delicadas. ¡Le emociona hacerse mayor! Pero claro… Ella sólo piensa
en ser alta para decorar solita el árbol entero, ¡no para convertirse en una
esbelta modelo! Espero… Pues cada vez que recuerdo esa vida, de tacones altos,
minúscula ropa y sesiones de fotos de duraciones desmedidas, noto el estómago
revuelto y la cabeza me da vueltas. No era belleza lo que se conseguía…
Al acariciarme los brazos, me asusto y
busco un espejo para comprobar que soy yo, y no un saco de huesos. Y recuerdo
mis pesadillas. Me persiguen rostros pálidos, sin vida apenas. Me llaman para
que los acompañe y me dan pena.
Los brazos de Jace vuelven a
encontrarme y me besa, deteniendo mi llanto.
–No tengas miedo –me susurra – ahora,
tú también eres mi princesa –limpia mis lágrimas y besa mi pelo. Entiendo lo
que me dice, yo también visto de seda.
Los dos sonreímos, con la mirada de vuelta en
el punto vestido de rojo que gira y gira, dando vueltas sobre la alfombra, con
los brazos extendidos y el pelo revuelto. Las luces la bañan y comprendo: nunca
podemos dejar que se consuma algo tan bello. Cueste lo que cueste, tenemos que
luchar contra las inseguridades y el miedo.
“Dar la cara por lo que queremos”
Este relato ha conseguido el tercer premio en el primer concurso del blog "Érase una vez..." Tenía muchas dudas a la hora de presentarlo, pero por lo visto no ha salido tan mal la cosa. Le doy las gracias a P. F. Roche por organizar el concurso y por darle una oportunidad a mis letras. Desde aquí, un gran saludo a los demás ganadores y a todos aquellos que me leen en "Vidas de Tinta y Papel"... Si las palabras no fueran leídas... ¿Qué sería de ellas?
¡¡¡Que bonitooooo!!!
ResponderEliminarUn relato hermoso que conmueve nada mas verlo, sincera y perfecto para la ocasión. Eres un crack Princesita, no pares de escribir, los dones son valiosos ;D
Un besote
Lena
Madre mia!!!! Siempre me dejas sin palabras!!! Qué relato más bonito!!!! *.*
ResponderEliminarLo último ha sido el remate!! " cueste lo que cueste, tenemos que luchar contra las inseguridades y el miedo" me encantó!!!! preciosoo y taaan cierto!!
Wuuo!!! ENHORABUANAA!!! Arraaaasaaasas!!!! ^^
Un beso! ;)
http://myworldlai.blogspot.com.es/
Tercero??¿ Solo tercero?¿¿ Dios no me imagino los otros dos relatos pero este... me ha dejado sin palabras. Simplemente perfecto. Tu prosa ha sido tan delicada y bella...
ResponderEliminarMe encantó, bss