¡Cuánto tiempo sin subir reseña! Madre de Patch, con las que tengo que subir...
En primer lugar, dejadme que fangirlee un poquito, porque tengo que decir algo muy importante: la reseña que traigo hoy es, ni nada más ni nada menos que de la mismísima Laura Gallego García. Sí, esa mujer que escribe como Patch y tiene un grandísimo don para hacernos reír y llorar (más llorar que otra cosa) y dar vueltas de croqueta mientras nos tiramos del pelo. Y es que sus historias se te atoran en el alma con nudos marineros...
Precio: 15,95€
En un mundo de bosques ancestrales, objetos encantados y pruebas de valor a vida o muerte, la magia puede convertirse en un arma de doble filo.
Camelia es un hada madrina que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas empiezan a torcerse de forma inexplicable...
Voy a comenzar relatando mi
reacción al encontrarme el nuevo libro de mi escritora favorita en
librerías, sin siquiera buscarlo. Sabía que en cuanto lo viera, lo
querría, pero no estimé que me LANZARÍA derrapando, literalmente,
hacia él.
Y derrapé de lo rápido que
corrí.
Creo que mi padre no sintió
más vergüenza, porque no pudo.
Naturalmente, todas las
personas de alrededor se me quedaron mirando con cara de "WHAT,
¿qué le pasa a esta loca? ¡Alejémonos!". Y
mi pobre padre, que reconoció a algunos conocidos, tuvo que explicar
mi poco sana obsesión con los libritos, y más aún, con la autora
por la que suplicaba. Después
del numerito, ¿cómo no comprarme el dichoso libro por el que me
había arrastrado? Todos lo miraban para saber si diría "SÍ",
o el temido "NO".
Como
os traigo la reseña, ya sabéis lo que dijo...
¡Ay,
Laura! Lo que me gusta tu escritura y las historias que salen de tu
maravillosa cabecita.
.......
Al
abrir el libro y comenzar a leer (con claras
ansias), topamos con una introducción de las fuertes. Atrapada y
riendo. ¿Qué mejor comienzo?
Todas las hadas del reino nos adentra en el mágico universo de los cuentos de hadas, la magia, y en los reinos de caballeros y princesas. El mundo que te envuelve me sonó muy a típico pero con toques distintivos y muy, pero que muy originales. Aún así, debo decir que no llegó a mi alma como otros libros de la autora, y creo que eso es importante, puesto que se le está dando un bombo considerable.
Admito que soy la primera en fangirlear con un libro de Laura Gallego, pero también tengo que poner los pies en el suelo.
Siguiendo la aventura de las mágicas páginas de Todas las hadas del reino, encontramos a variopintos personajes introducidos por una narración en tercera persona, muy rápida, amena y bien maneja (es Laura, obvio). Los capítulos no llevan una extensión pareja, lo que quiere decir que podemos encontrarnos uno de dos páginas y otro de doce o quince. Eso, y que los títulos de estos aparezcan "literales" unos párrafos más adelante, me inquietó e incomodó un pelín.
Como siempre, las personalidades de los protagonistas y los demás personajes, son muy fuertes y definidas. Laura tiene una destreza impresionante en crear "personas" que enriquecen sus obras de una forma asombrosa.
Como nos explica la sinopsis, la historia se centra en las peripecias que envolverán a nuestra hada madrina, Camelia, que es una mujer que cree con fervor en la magia y, sobre todo, en lo mucho que los humanos necesitan de ella y sus cuidados. Pero, resulta que cada vez hay menos humanos que crean en las hadas. Son egoístas y miran únicamente por su beneficio propio y sus intereses. ¿Qué importancia tienen unas criaturas que portan varitas y que se lucen en los cuentos infantiles?
Camelia tiene una personalidad entrañable, y junto a ella, viviremos una aventura de carácter cómico y tierno junto al joven Simón, que está enamorado hasta las trancas de una personalidad prácticamente inalcanzable para su posición social. Su protectora sorprende por su ingenio, pese a que al principio, Simón no logre creerse que una mujer de aspecto tan joven se ponga a su servicio para ayudarlo a...
Lectores, no os dejéis atrapar por las hadas, pues a veces no son tan dulces como los cuentos las pintan...
Mientras tanto, en torno a la casa comenzaron a crecer arbustos espinosos. Primero asomaron de la tierra tímidamente, como si no osaran mostrarse a la luz del sol. Pero, poco a poco, fueron alzando sus ramas hacia lo alto, unas ramas que se enredaron unas con otras, desarrollaron nuevos tallos y se erizaron con negras y afiladas espinas.
Motivos:
No ha sido una novela que me haya enamorado mucho: solo lo justo. Es bonita, muy agradable, y me duró tres días. Un punto fuerte es que encontré en ella unos giros dramáticos que, pese a disgustarme al principio, terminaron por contentarme al final. Me resultaron demasiado atractivos, pues básicamente, dotan de una vida a la novela que la cambia por completo de la idea que los lectores nos vamos haciendo conforme avanzamos en la lectura.
Como ya he dicho: los personajes. Laura consigue unos personajes fantásticos que enamoran demasiado. Me quedo con Ren y Rosaura. (Cada vez me gustan más los zorros, no sé cómo lo hago...). Simón, por su condición de mozo de cuadra me ha resultado entrañable hasta que llega su momento de mayor estupidez, y consigue sacarme de mis casillas. Por mi parte, me habría quedado a gusto si "el caballito" del que se encarga le hubiera dado una buena patada en su carita de guapo.
Resulta muy graciosa la forma en la que Laura hace un popurrí de cuentos tradicionales con una sutileza maestral. Castillos encantados que guardan oscuros secretos, hadas madrinas de todos los tipos, magia de la mala y magia de la buena, finales felices y retorcidos, brujas, estatuas de piedra, encantamientos, favores capitales y maleficios que ponen los pelos de punta.
¿Algo más?