A veces el
refugio, ese dentro de mi propia piel, es más frío de lo normal, y mí
alrededor, en lugar de ayudarme a no congelarme, hace que tenga más frío aún.
Y no me
escuchan, ni siquiera fingen hacerlo…
Ciertamente,
no me importaría, no lo haría si no entrara más frío allí dentro, dentro de mi
piel. ¿No sabéis que corta? El frío del invierno hace trizas mi epidermis, y mi
refugio, ese lleno de escarcha, está más solo que nunca.
Si lo veis
vacío, por lo menos no tengáis la decencia de decírmelo de malas maneras. ¡Qué
sí, que lo sé! ¡Marchaos a adecentar vuestro propio lugar y dejad de manchar el
de los demás!
¿Es que acaso no tenéis morada que levantar y conservar? Si no es así, los que desalojamos nieve de nuestros corazones durante el invierno, no tenemos la culpa de tener un lugar por el que luchar.
Buscaos un refugio, debajo de vuestra piel, y dejad a los demás en paz.
P.D: a los moradores sin morada...
Me encanta, y me he sentido identificada =D
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el texto, es bonito aunque un poco...triste.
ResponderEliminarUn abrazo!
precioso, me ha gustado mucho
ResponderEliminarQué bonito *-*
ResponderEliminarMe ha encantado... todos nos sentimos alguna que otra vez moradores sin morada
ResponderEliminarBesos!